«Esta mañana me ha pasado otra de esas cosas curiosas que suceden en este entramado sarcómico.
Descripción de los hechos: 9:09 hs a.m. Tras dejar a los niños en el cole, con un frio de esos chachis que lo dejan a uno masticandose los labios, veo a una vecina de cuarenta y pico años que suele ir a caminar rápido cada dia. Absolutamente disciplinada y satisfecha. En estos días que ando mas jodido físicamente, me muero de envidia viendo a la gente que corre y hace deporte, algo que yo estaba haciendo regularmente los ultimo años.
9:10 hs a.m: según me acerco a ella le espeto “-joder Joaquina, ¿has cumplido ya los 25?, estas que la rompes!-“, ante lo que ella responde con un sonrisa gustosa y coqueta “-jajajaja, no puedo bajar la guardia tras las navidades…Feliz año!, ¿que tal todo? ,¿OS habéis ido al norte a ver a la familia de tu pareja como siempre?,-“. Mi respuesta fue “preguntodirigida” (lo mismo que histodirigida como la quimio para mi sarcoma peor en versión interacción interpersonal)…”-no, este año no hemos podido, nos ha tocado un marroncete, tengo un tumor aquí en la cadera y entre la montaña rusa de emociones y las pruebas y la quimio no ha habido opción-“. Como os imagináis, después de esto vienen las preguntas y la descripción temporal-medica del proceso. El encuentro acaba con unos ánimos, un contacto físico cariñoso y un hasta luego.
9:33 hs a.m: después de haber recogido de manera rápida las habitaciones de los niños (en la versión rápida, es decir, mierda bajo la alfombra), el timbre exterior suena. Como estoy esperando un par de cds de Damien Rice que pille a UK gracias a la influencia de mi primo, comienzo a “salivar” por los oídos. A los 7 segundos el timbre es el de la puerta. Abro. Joaquina. Temblorosa. “-Hola, pero ¿estas bien?, quiero decir, ¿te sientes bien?, ¿necesitas algo? ehhhh-“. “-Hola Joaquina, si claro, estoy fenomenal, un poco mas hecho polvo que de costumbre pero bien bien-“. La verdad es que no entendía ía muy bien qué me quería decir. Ese primer minuto fue muy extraño, muy poco formal, muy poco regido por las normas standard de interacciónon social. Yo notaba a una tipa medio angustiada y a mi intentando tranquilizarla…”-no se, es que me has dejado extraña, no se si necesitas algo de mi, ¿necesitas algo?, ¿me estabas pidiendo algo?, no se , no quería que te fueras con una contestación así sin sentido-“, “-no, no Joaquina, estoy bien, de verdad, tranquila. Oye perdoname si te he importunado o atracado ahí mismo. Como me preguntaste que tal te lo conté-“, “-si, claro, si esta bien. Si es que no se si es un tema de expresar las cosas, por eso no se si necesitas algo de mi, ay, no se , ¿hablar?, cuando quieras ir a caminar rápido vamos juntos-“, “-si claro, muchas gracias, estoy bien, de verdad. No te preocupes,de verdad-“, “-No se, es que me remueve, me he quedado shock, no esta tan trabajado para algunos.-“.
9:40 hs a.m: Bueno, tres o cuatro gracias,tranquila y demás, Joaquina se marcha. Cierro la puerta y sigo escuchando la Ser (Pepa Bueno entrevistando a Piketty a consecuencia de la masacre de ayer en París en el semanario Charlie). Primero me brota una sutil sonrisa lateral, pero en seguida me doy cuenta de que ha sido una situación muy extraña. Coño!, la he asustado!. Yo respondí a la pregunta. Es verdad que me viene bien decir lo que me pasa para no sentirme un apestado que esconde cosas que no son mi culpa. Además yo suelo contestar a lo que me preguntan. Supongo que para eso me preguntan. No intento, al menos conscientemente, hacer un proselitismo del canceroso tipo “-tengo cáncer y que?!!!-“. No es divertido tener un sarcoma, para empezar no lo es para mi, pero es lo que hay. Tampoco creo que pueda decir “bien , muy bien, ¿este bulto en la cadera?, nada que me he hecho un implante de mariconera porque las que van colgadas se me pierden…cómo ha evolucionado la cirugía estética eh?”. Esta es la primer reflexión. La segunda es: yo tuve que encontrar mi tiempo óptimo, mi ritmo de “saber” y a la gente le sucede lo mismo. No es culpa de nadie. Esta mujer se angustió. «